Nunca hablo de política porque es de mala educación y yo soy muy educada. Pero me encontré con una cosa digna de mención nada más por su empeño en pasarse de lista. Haciendo mi recorrido usual por tuiter me topé con el link a una página que se llama ¿X quién chingados voy a votar? Con eso de que habrá que elegir a un presidente en breve y siendo parte de los muchos indecisos que no ven en el horizonte la manera de dejar de serlo, me pareció irresistible.
Total que entras a la página -muy bien diseñadita- y tomas un test para ver qué candidato es el más compatible con tu forma de pensar. La página te hace una serie de preguntas sobre el país que quieres, las políticas que te gustaría apoyar, etc. Tú eliges una respuesta -de entre tres opciones- y la página te dice qué candidato está de acuerdo con tu respuesta. Todo bajo la bandera, absolutamente noble, de ayudarnos a votar con inteligencia.
Rápidamente se vuelve sospechoso el asunto, al leer el contenido de las preguntas y las respuestas que te ofrecen. Primero porque elegir es abandonar y los creadores de las preguntas eligen y abandonan temas con cierta conveniencia, pero más bien porque dentro de lo que eligen, la formulación de sus preguntas y sus respuestas son más o menos así, parafraseo:
Pregunta: ¿Qué tipo de país te gustaría que fuera México ?
-Respuesta dos: Un país simplemente espantoso, en el que la iglesia decida sobre tu embarazo, el ejército pueda entrar a tu casa a matar a tu papá y las empresas no paguen impuestos. La eliges (porque eres malo y/o imbécil) y la página determina: el candidadto que más se parece a tu forma de pensar es: Josefina Vázquez Mota.
-Respuesta tres: Un país feliz y fraterno en el que haya justicia social, educación, salud, trabajo y seguridad para todos. La eliges y la página determina que el candidato que más se acerca a tu forma de pensar es Andrés Manuel López Obrador.
Ya que estaba obsesiva y sospechosa, me puse a hacer la cuenta. Los números (que no parafrasean ni editorializan como una bloguera inconsciente) son más claros. La página ofrece dieciocho (18) preguntas, con tres respuestas posibles cada una, para dar un total de cincuenta y cuatro (54) posibles respuestas. De esas cincuenta y cuatro, veinte (20) resultan en que piensas igual que Andrés Manuel López Obrador. No se necesita una gran mente estadística para saber que lo más probable es que si llegas al final del test, pienses igual que López Obrador. Tus posibilidades de pensar como Josefina están en segundo lugar, con catorce (14) respuestas que resultan en ella. De cerca le sigue la posibilidad de que no pienses como Ninguno de los candidados, con diez (10) respuestas que declaran eso. La posibilidad de que pienses como Peña Nieto es baja dado que su nombre aparece en sólo seis (6) de las cincuenta y cuatro respuestas, es decir en menos de la mitad de las dieciocho preguntas. Y si eres fan de Quadri estás perdido, con sólo cuatro respuestas asignadas, no hay posibilidad matemática de que al final del test estés de acuerdo con él.
Es pena suficiente (pena de verguenza y pena de tristeza) que no haya en los cuatro candidatos presidenciales uno sólo por el que se pueda votar con la consciencia tranquila -y sí, quizá es de pusilánimes decir eso en estado de consternación/resignación, estirarse y salir a comer- pero es un síntoma más feo que iniciativas ciudadanas (incluso tan chiquitas como ¿X quién chingados vas a votar?) resultan tan tramposas como el sistema que no nos da a alguien digno al que apoyar en las urnas.
Me parece admirable la gente con convicciones políticas, si le vas a López Obrador, ¡qué maravilla! y bien por ti. Pero los que no podemos encontrar una convicción electoral tenemos suficientes problemas ya, como para que algo que nos venden como ayuda nos salga traicionero.
Es gandalla manipular al indeciso.
1 comentario:
Me parece excelente tu post, ya que también note que al parecer todo te orilla a que Lopez Obrador es la opción. Efectivamente es muy triste que se manipule así a la gente.
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